lunes

A veces me siento fuerte...
Y es donde más cuesta superarlo. Superar esa gana de mentira de borrar todo y mandarlos a todos a la mierda... esa necesidad de aislarme que sé... que estoy segura, que se va a ir, que es totalmente momentánea... y que después de todo responde a simples cosas que pasan, que como son cosas que pasan, en algún momento van a pasar.



Todas las marcas que están en mi piel responden a heridas que yo decidí buscar.
De lo contrario, no hubiera estado en ese lugar en el momento en que se produjeron.
O hubiera buscado la forma de que no se produjeran.
O hubiera usado piedra pómex.
Pero no hay... [no sé qué tan lamentablemente, porque después de todo... si te quemás y no te queda marca porque usaste la milagrosa piedra no sé de qué te puede haber servido quemarte] no hay piedra pómex de la vida. No hay 'borrar huellas del pasado', no hay forma de borrar la expresión, de hacer que una persona deje de ser lo que es.
-Y si no quisieras ser quien sos?
-(Y a vos quién carajo te manda a preguntar...) Sería simplemente algo más que te define... quien usa piedra pomex, en lugar de tener las marcas visibles de una quemadura, tiene las marcas invisibles de una piedrapomexada.
-Entonces, no superás las cosas?
-No las elimino. Las hago parte de mi... las acepto como parte mía, mejor dicho. Son parte de mi desde el preci(o)so momento en el que decido exponerme a ellas... a la posibilidad de que existan.
-Y si no te gusta como quedan?
-Aceptaré... con más o menos tiempo... que me equivoqué y no era por ese lado por donde quería buscar... aprender.

Para borrar el pasado.. es necesario dejar de ser lo que uno es en el presente. Para dejar de serlo, uno simplemente tiene que dejar de ser. Y ni siquiera así se borra lo que hicimos... sólo la forma en la que nosotros lo vivimos.

El hecho de que yo me encuentre acá, escribiendo esto a las 2:37:59 del 28 de diciembre de 2009, se lo debo a absolutamente todas las personas que conocí y que no conocí, que conozco y que no conozco, que conoceré y que no conoceré. Y el hecho de que yo lo esté escribiendo también. Richard podría venir y decirme que se lo debo más a él que a cualquier otra persona, y así podría venir quien me lo presentó y decirme que en realidad se lo debo a él. Podría venir la madre (god hopes not) de quien me lo presentó y decirme que si hubiera abortado o no criado a su hijo de cierta manera, nunca lo hubiera conocido y nunca me hubiera presentado a Richard. Podría venir el padre y decirme que si justo ese día no, el pibe nunca nacía. Podrían venir tantos... tantos... y sin embargo, ¿a quién le debo más? ¿A Richard, que fue el último... o al criador de peces que le vendió el pez del cual se alimentó el tatarabuelo del padre de quien me presentó a Richard?

No hay comentarios:

Publicar un comentario