sábado

Stay away.
Tomé tu dolor en tu abrazo, tu temor e inseguridad, esos que negabas. Tomé tu desesperación, tu angustia, tu necesidad de calma... irónica. Tu intranquilidad... también, extraña. Todo esto que vos tomabas con calma, y apaciguabas bajo tus aguas, todo eso que vos entendías con tiempo, con distancia, con silencio.
Dejé que bailaran mis aguas. Que arrastraran hasta la orilla los fragmentos de sonrisa, las lágrimas secas, las perlas de collares pesados que alguna vez porté. Dejé que tu calma afectara mi tormenta, y lloví por lo que no habíamos llovido durante todo este tiempo.
Después volvía la calma, las nubes alejándose... los pedazos de ilusión dispersos por quién sabe dónde... y sobre la arena se secaban nuestros cuerpos, vos reías, yo lloraba tu risa y dejaba que la sal cicatrizara mi piel.

viernes

Qué se hace
con cariño gratis,

con besos
que no piden nada,

con brazos
que te abrazan fuerte
y no esperan
ni lágrimas?

Qué buscan
tus 'te amo tanto',

palabras
sin querer respuesta,

sonrisa
que me espera eterna
y no pide
que vuelva?

Qué le doy
a tu sinceridad,

no es jugar
a encandilarnos

a dónde corro
cuando caiga el arma
de mi mano
sin herirte?

Qué castigo
para la que huye

recibo
y no quiero tenerlo

pánico
y entera confianza
que no sabe
si confía.

Qué les digo
a tus miles de preguntas

a tus ojos
que me ven desnuda...

tus manos
sostienen mi dolor
y no piden
ni siquiera amor.
Puedo ser
lo que quieras que sea.
Puedo ser
lo que creo que quieras que sea.

Puedo ser
muñeca.
Puedo ser
tu esclava
Puedo ser
tu espejo
Puedo ser
tu ama.

Puedo ser
tu niña
Puedo ser
frazada
Puedo ser
tu sombra
Puedo ser
tu nana.

Puedo ser
canciones,
Puedo ser
palabras
Puedo ser
tu actriz
Puedo ser
tu cama.

Puedo ser
río
Puedo ser
frío
Puedo ser
calma
Puedo ser
tu-ya.

Y no quiero.



(28-02-09)
Y si el nuevo no tiene
nada de nuevo?

Si con hojas gastadas
biromes sin tinta
escribo palabras
que ya conocés?

Si quiero encontrarte
y esta vez no puedo?

Si a besos usados
nos mata el cansancio
y arranca pedazos
de lo que nunca fue?

Y si en vez de contarte
me visto otra vez?

Si con vodka yo fui
tu vicio, tu cama,
si no te perdí
pero tampoco hubo ganas...

Y si eligiera el silencio
como en aquel momento...

jueves

Te pierdo
en distancias que sólo vos conocés.

Te tapa
la niebla de tu máscara anti-yo.

Mentís, borrás, desdecís,
te impregnás de palabras bonitas
que cuando te veo
no significan nada.

Te encuentro
en un espacio desierto de nosotros.

Me asfixia
la crudeza de tus fantasías.

Callás, enfriás, matás,
todo intento de alcanzar tu isla
tan distante
tan en frente.

Entonces prefiero olvidarte
abandonar tu existencia lejos
pensarte un monton de señales
que dicen nada.

Quizás te achiques, de golpe,
como queriendo esconderte
te aceptes lejos; y dejes
de inventarte cerca.

Dejes, cerca,
de empañar espejos
que reflejan tu otro vos.

Dejes, cerca,
de traer recuerdos
que me señalen quién sos.

martes

Cayó la vida a mis espaldas
y pude ver como caían tus lágrimas
desde la ventana.
Lloraste por todo lo que no fue
y todos,
incluso los que no habían sido,
supieron reirse de vos.

Te extrañé esa tarde,
sosteniendo entre mis brazos tu cadáver
deseando tu recuerdo, cada vez más lejos.



[ escrito mientras dormía . ]

jueves

-Mirá pa, ¡es un animal! ¡Es un elefante!
-¿Dónde?
-¡Ahí! Mirá. Le falta una oreja, pero es un elefante.
-¿Vos decís? Bueno, supongo que podemos hacerle la oreja. ¿Todavía queda material de la construcción?
...
Logró alcanzar la velocidad suficiente para llegar hasta la roca, que caía por la pendiente irregular. La tomó con sus manos, la examinó, y alzándola comenzó a subir la ladera de la sierra. Una vez arriba la colocó en el lugar desde donde se había caído, y volvió a sentarse en al lado de la enorme figura. Estudió con atención la oreja derecha del elefante gris. 'Es perfecto, es una perfecta obra de la naturaleza.' se dijo. Y continuó observándolo un largo rato. Cómo su cabeza de piedra se unía a la trompa de rocas más chicas, y al cuerpo, una piedra enorme con algo de mica, que yacía en una parte plana del paisaje. La cola estaba constituida por piedras aún más pequeñas que las de la trompa, y las patas eran tres: la cuarta estaba, segun la observadora, debajo de la panza del elefante. Las demás estaban dispuestas de manera tal que daban al animal apariencia de cansado. Los ojos, había aventurado ella, eran dos manchas más oscuras -una verde y la otra marrón, pero su corta vista no alcanzaba a distinguir tal cosa, y si hubiera alcanzado tampoco importaba- que estaban dispuestas de forma casi paralela -una más arriba y una más abajo, pero desde donde ella estaba sentada eso no distorsionaba tanto la imagen- sobre la piedra que formaba la cabeza. Y después estaban las orejas. Una, la derecha, era un poco más chica y se había aventurado a correr cuesta abajo hacía aproximadamente una hora. Y ahora lo había hecho por segunda vez. En ambas oportunidades la observadora había alcanzado la piedra, la había tomado antes de que se mezclara con las otras, y la había vuelto a dejar en su lugar. En donde debía estar, claro... nadie había construido a ese elefante, o quizás sí pero nadie lo había construido después de que ella llegara así. Por lo tanto, así tenía que permanecer, para que ella pudiera observarlo, estudiarlo, entenderlo, interpretarlo. La oreja derecha se balanceó algunas veces, y tras un suspiro por parte de la chica, volvió a intentar descender por la sierra. Y lo logró, claro, hasta que alcanzó sus manos. 'No entendés.. tenés que quedarte ahí. La naturaleza quiere que estés ahí, y no entendés que no hay nada ahí abajo para vos. Que te corresponde estar acá.' Cansada llegó hasta el elefante y le devolvió su oreja. Y así cuatro, cinco, seis veces. Apuraba a sus pies para alcanzar la roca lo más pronto posible. Y estiraba las manos para evitar que fuera más allá, que se perdiera en el espacio, para no privar al elefante de su capacidad auditiva durante más tiempo. Y la atajaba, recibía un golpe por parte de la piedra que ella interpretaba como desobediencia. Le pegaba más fuerte. 'Me estás decepcionando así...- le decía, y volvía a explicarle cuál era su lugar, a dónde tenía que permanecer. A dónde era mejor que estuviera, a dónde era más útil, a dónde, por lo tanto, iba a ser más feliz. Por qué, si se quedaba al lado de la cabeza del elefante, iba a estar rodeada de otras como ella, que la iban a ayudar a ver más allá, a entender más. A estar mejor... a ser una roca como la gente, a estar donde estaban las demás rocas.
Por séptima vez la roca se balanceó y cayó, pero esta vez sus pies no fueron tan rápidos, y la roca llegó hasta otras rocas que estaban más allá, de otros tamaños y formas. Y se partió en varios pedazos. Sorprendida, ella se acercó y estudió las diversas partes. Palpó el material, lo tuvo entre sus dedos, lo desarmó... porque se desarmaba tan fácil, porque era tan distinto a lo que ella creía.
-No sos roca..- volvió su vista hacia el elefante, el elefante sin su oreja izquierda, incompleto, y lloró.

martes

Te di, de brazos atados
mi alma,
mis besos,
mi cuerpo, a que te canses.
______________sacies.
______________gastes.

Busqué entre todas las palabras
cuchillas
armas,
venenos, para cortarte
__________esfumarte..
__________matarte.

Algo
___para frenar
___________la represa
__________________de sinceridades
_____________________________y suicidios
____________________________________consecutivos.

que
no
deja(ba)n
de
escaparse.

Confié mi pacto de silencio
fuera de obras de arte.

Confié mi alma a vos
extraño
desde el mismo primer día.

Confié en tu sangre,
en tu alegría
Creí tu magia y no la mía.

Rearmé pedazos de mi vida
en tu verdadmentira,
__tu realidadlocura
__tu libertáatadura.

Y para todo
me bastó tener
tu parecer.

Para todo conté
con tu silencio
y tu voluntad
de hacer silencio.

con tu consejo
de que rompiera
mi silencio.

¿Y habré, entre tantas veces
confiado una vez
en vos?

¿Habré, entre tantas veces
creido una vez
tu voz,

con que el peso
de mis días
no te carga
si decís que no?

con que el humo
de mi boca
no te asfixia
si decís que no?

con que no querés
cuando decís
que no?
Y juego
a que escucho tus palabras
a que entiendo en tu sonrisa
a que sé lo que sentís.

Temo
creer lo que supongo
no llegar a convencerme
de que estoy equivocada.

Reconocer
que antes de
buscar(te),
encontrar(te),
entender(te),

Es más facil
tu voz de
silencio
tu voz de
caricias.

Sentir tu piel
enredándose
con mi piel.
Y no temer
sentir.

Es más fácil
seguir teniendo palabras
seguir diciéndote mío
y conformarme.

Y juego
a que no temo lo que creo
a que creo que aguanto....
que puedo, que entiendo.

Acepto
que me faltan palabras
que me sobran latidos
que escucho en silencio
el silencio.

lunes

Observándolo llegar desde el primer piso, dio media vuelta y se enfrentó a su armario. Antes de que pudiera llegar a tocar el timbre ella bajó las escaleras y esperó detrás de la puerta. Vestía ropa de algodón, y aparentaba unos quince años. Al escuchar el sonido, abrió la puerta.
-Hola.
-Hola.. -dijo con voz baja, tímida.
-¿Qué nos pasa?
-Nada.. nada.
-Tranquila bonita... estoy acá, y me voy a quedar acá... estoy para vos.
Él la rodeó con sus brazos como siempre, la llenó de besos, le dio confianza. La sentó a su lado para escucharla, y le enseñó calmar su respiración. Y prometió que volvía al día siguiente.
Observándolo llegar desde el primer piso, dio media vuelta y se enfrentó a su armario. Él tuvo que golpear varias veces antes de que se abriera la puerta. Ella apareció en pijamas, despeinada, descalza.
-¿Dormías?
-Mhm.. pasá..
Él la siguió a través de los pasillos y ella volvió a la cama, abrazándose a un peluche. Él sonrió y le acarició la cabeza, generando que ella se enroscara sobre si misma y después se arrastrara hasta su falda, para quedar dormida sobre sus piernas.
-Qué tierna... me encanta verte así...
Dijo que tenía ganas de verla de nuevo al día siguiente.
Observándolo llegar desde el primer piso, dio media vuelta y se enfrentó a su armario. Esperaba detrás de la puerta antes de que él llegara. Y ni bien golpeó, pudo verla. Vestía ropa de cuero, cadenas, borcegos. Colgaban látigos de sus caderas, y sus uñas estaban pintadas con esmalte negro.
-Al fin.
Él levantó una ceja. No fue necesario decir nada más.
-¿Por qué hiciste eso?
Él bajó la cabeza, sin saber qué contestar, dolido.
-Contestame... -le insistió, rodeándolo.
Y él respondió con la voz quebrada. -...Perdón.
Dijo que necesitaba volver a verla... que haría lo imposible, que no volvería a fallarle.
Observándolo llegar desde el primer piso, dio media vuelta y se enfrentó a su armario. Vestía de persona normal cuando la vio, y recordando la noche anterior, bajó la cabeza y la apoyó sobre su hombro. Ella le palmó la espalda, lo abrazó y lo recostó en el sillón.
-Tranquilo... no pasó nada...
-Tengo miedo.
-Va a estar todo bien... yo sé que vas a estar bien, que vamos a estar bien.
Lo abrazó y cuidó de él hasta la medianoche, y después lo acompañó hasta la casa, asegurándose de que entrara sano y salvo. Le dijo que lo esperaba, y le besó la frente.
Observándolo llegar desde el primer piso, dio media vuelta y se enfrentó a su armario. No olvidó tirar la llave por la ventana... que cayó exactamente sobre su palma. Él entró, y al no haber nadie ascendió a la habitación. Lo esperaba vestida en lencería, y tuvieron sexo. No dijo nada sobre una próxima vez, pero dejó los forros.
Observándolo llegar desde el primer piso, dio media vuelta y se enfrentó a su armario. Ese día fue otra persona normal. Escucharon música, se rieron, al rato finalmente se encontraron. No fue necesario que se dijeran nada, ni tampoco besarse, ni tener sexo. Simplemente se compartieron, y se fue, diciéndo que la había pasado bien y que se veían pronto.
Observándolo llegar desde el primer piso, dio media vuelta y se enfrentó a su armario.



-¿Cómo hago?
-Sé paciente.
-Los quiero a todos.
-Él es todos.
-No al mismo tiempo. No pudo decirme nada cuando estabamos bien.
-No quiso decirte nada.
-Pero fue tan dulce la otra vez... cuando yo estaba tierna.
-Y la pasaste tan bien la otra vez, cuando estabas en lencería.
-Por eso... no puede ser todo eso a la vez? No puedo terminar de hacer el amor y que me digan que me aman?
-Sí claro... por supuesto... Solo tenes que encontrar el estado adecuado...
-¿Y si no soy capaz? Si no puedo generar la respuesta que quiero...
-Vas a tener que aceptar la respuesta que generás por naturaleza.
-¿Y si no me gusta lo que yo le genero, y prefiero quedarme con los disfraces?




Él golpeó bastante esta vez.
-Dale... sé que estás ahí. Abrime.
-No quiero.
-Esto es nuevo...
-No, no es nuevo. O bueno, sí. Pero podrías haberte dado cuenta.
-¿Estás con los látigos hoy?
-No...
-¿Y a quién voy a ver?
-No.... no sé si....
-¿Qué pasa bonita?
-No sé qué pasa. Ojalá que por lo menos siga pasando. No sé. No entiendo. Tengo miedo.
-Te voy a abrazar entonces... sabés que quiero cuidarte...
-No pero me abrazás si estoy tierna o dolida, y hoy no estoy tierna ni dolida, estoy asustada.
-También puedo abrazarte asustada. ¿Qué pasa?
-No... a vos, qué te pasa.
-Sabés lo que me pasa.
-No... lo supe... cada vez que reaccionaste distinto...
-Tenés miedo de cómo vaya a reaccionar.
-No. -dijo, y miró su propio cuerpo desnudo detrás de la puerta, mientras trataba de darse a entender.- Tengo miedo de lo que puedo hacerte. De que dejes de elegirme después. Tengo miedo de encontrarme con que prefiero ser solo de ciertas formas para no generarte ciertas cosas... y de sentir que estoy sacándome pedazos de mi misma. Tengo miedo de que algo de mi te asuste, te aleje... te aísle. Te limite, te perturbe, te moleste. Te encante y no quieras desperenderte de eso, pero yo sigo siendo lo demás y no voy a querer dejar de serlo. Tengo miedo de que te pase lo que siempre me pasa a mi... condeno a la gente a ser de ciertas formas porque mis reacciones cambian ante lo que me muestran... y a veces no puedo controlar que cambien desfavorablemente, y que aleje a las personas... Temo que algún día me olvide de todo esto, y me ponga los disfraces otra vez, y me limite a un número finito de variables que pueda presentarte, o peor, me limite solo a las variables que dijiste que te encantan. Tengo miedo de decidir ser lo que me salga, y que no me guste tu respuesta, y entonces decida dejar de ser eso, así como si pudiera, además de cambiarme la ropa, cambiarme la piel. Tengo miedo de que ya te hayas dormido, que te hayas enojado, que me digas que finalmente nunca vas a conocerme... Yo sé que no es así... Yo... espero... que no sea así, que no te hayas ido. Que no confundas a esta con la niña dolida, ni la niña triste... que no creas que esto es otro difraz más... Y que no lo sea. Miedo de que con tantos miedos me olvide que estás ahí, atrás de la puerta, esperando a que te deje entrar.