domingo

En una ciudad decente está permitido tomar un camino alternativo relativamente paralelo. Se procede realizando un giro de noventa grados al llegar a un cruce de calles, y tomando la dirección -derecha o izquierda- que más desee. Luego debe avanzarse unos cien metros, y al llegar a la próxima intersección, girar nuevamente noventa grados para quedar mirando hacia la dirección en la que circulaba antes de realizar el primer giro. A menos, claro, que decida volver.
Pero en las calles de Buenos Aires, uno realiza el mismo procedimiento hasta llegar al paso dos, y comienza a caminar. No se engañe- usted cree que va por una paralela, pero para cuando quiere acordar, la calle ha decidido por usted y se ha flexionado, de forma tal que puede ahora crear una intersección con la primera, o volver al punto de partida por un camino distinto.


[ dedicado a hannah. bruja de mierda (L) te amo. ]

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