miércoles

Esta vez no se trataba del miedo, ni del amor. Esta vez las palabras no gritaban su nombre, ni lloraban de dolor al pronunciar el tuyo, que ya empezaban a olvidarse. Aunque tampoco se trataba del olvido.... por primera vez las gotas de lluvia mojaban mi piel y yo no podía compararlas con nada.

Esta vez no había gritos, ni lágrimas, ni esperanza.

2 comentarios:

  1. Un punto de inflexión, por fin, un punto virgen carente de todo, ¿una nueva oportunidad para empezar de cero? Ojalá...

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