jueves

La conversación se inicia con temas irrelevantes acerca del conocido proberbio "no comer pan delante de los pobres".
-A donde quiero ir es a...
-La relación entre ellas dos. Sí, entendí.
-O sea, somos seres humanos, hijo. Y los seres humanos sentimos cosas. Los seres humanos tenemos miedos, nos enojamos... y si yo estoy delante de la mujer a la que amo cuando ella está con su pareja, voy a querer por lo menos decirle algo. Y ella también tiene sentimientos.
-No.. yo la conozco. Claro que tiene sentimientos, pero es feliz en mi felicidad.
-Puede ser la persona más madura que hayas conocido, hijo. Pero elegiste a Lucía, y cuando dos personas se quieren es lógico que se den situaciones de acercamiento en las que la otra chica podría verse herida.
-Papá, no tenés idea de lo que estás diciendo. No la conocés.
-Es que lo más probable es que tenga ganas de pegarle una patada en el culo a Lucía, porque se quedó con lo que ella quería, y esas cosas no se racionalizan.
-A ver... la familia de...
-Hijo, seguís confiando ciegamente en una razón que va más allá de los sentimientos, sin darte cuenta que no existe tal cosa. Lo que uno siente no se puede racionalizar.. está bien, durante mucho tiempo canalizaste lo que sentías por Lucía. Pero no sabés, y no creo, que la otra chica vaya a hacer lo mismo.
Él suspiró, un tanto resignado. No había mucho que dar a entender para los que no querían entender.
-Me preocupa, hijo. Si yo fuera ella me hubiera alejado de Lucía hace rato. Y no sé bien por qué sostiene que son amigas. No sé cómo es que hacen ustedes para que las relaciones de amistad se sostengan a pesar de las relaciones amorosas, y probablemente esas relaciones de amistad no sean tan fuertes como dicen serlo. Por qué seguís creyendo que Jessica realmente quiere lo mejor para ustedes?

Porque quiero. pensó. Pero era tarde para una respuesta que probablemente Jessica sí hubiera entendido.

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