Después de mirar el celular cada cinco minutos finalmente me fui a dormir. Cerrar los ojos me llevó algo así como dos horas. No poder volver a abrirlos me tomó un rato más. Algunos dicen que si te imaginás algo lindo, de a poco te vas sumergiendo en esa visión y te quedás dormida. Respirar tu perfume fue una de las medidas que tomé.. quería soñar con vos. Sí, otra vez, quería arriesgarme a soñar con vos. Del vos real no sabía nada. Pero el vos de mi imaginación me dijo un 'buenas noches amor' con la más tierna de tus voces, y me dio un beso en la frente, no en la boca. Fue tan vos, que casi me lo creo.
Volví a abrir los ojos en otro lado. Habiéndome quedado dormida en mi casa, despertaba en la tuya. Estaba entre tus sábanas y sentía tu respiración a mi lado. Me sorprendí y volteé en la cama para verte. Dormías. Tu calma estaba por todos lados, te sentías bien y me sonreí al sentirme, quizás un poco egoístamente, un poco causa de tu felicidad. Siempre un poco, la repetición es a propósito. Terminé de girarme y de acomodar tu brazo alrededor de mi cuello para no hacerte daño, torpe como soy. Te sonreíste en sueños y me abrazaste en un gesto muy dulce, casi protector.
Algo me molestaba en la mano, y fui a sacarme los anillos. Ya no los tenía. Tampoco llevaba los aros. Me sobresalté, no recordaba nada de eso. A veces hacemos el amor y despierto sin mi cadena. Pero esta vez no tenía esos recuerdos. Ni la cadena. No entendí mucho al principio, pero cuando no reconocí mi cuerpo las cosas empezaron a tener sentido. También mi color de pelo había cambiado, y estaba bastante más corto.
Me levanté despacio sabiendo que no ibas a abrir los ojos. Y al abrir la puerta de tu habitación para buscar la salida más pronta, otra vez tu habitación. Otra vez vos y tu calma. Otra vez vos y tu sonrisa. Otra vez vos y tus besos. No quise emitir sonido; no sé bien si para no despertarte o en un vano intento de seguir creyendo que era mi imaginación. Podía tolerar el cambio de perfume. El cambio de cuerpo.
(pero escuchar un 'te amo' con su voz...)
Al final claro.. me desperté en mi cama, entre mis sábanas, al lado de mi vos. No Vos, pero por el momento pasaba. Busqué aquello que me había sacado del sueño, no muy agradable pero en el que después de todo estabas vos. Un mensaje de texto. Uno se alegra cuando le pasan estas cosas, sobre todo cuando lleva mucho tiempo esperándolas. Y me alegré, naturalmente, de tener un mensaje tuyo. Hasta que mi mente sola se encargó de hacer las respectivas asociaciones.
Miré al techo y le pregunté... casi que esperando que respondiera... si era más sano confirmar que en verdad estaba enferma (esperando un 'buenos días'), o nunca confirmarlo por temer alucinar (encontrando un 'buenos días').
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