lunes

Estar lejos de la realidad te hace tan manipulable.
Él cree que está presente. Él cree que, por mirar las noticias, leer el diario, salir a la calle de la pequeña ciudad en la que vive, y trasladarse desde su vivienda hasta la oficina y de vuelta, conoce los peligros que asechan la realidad del país. Cree que por tales motivos-peligros, sus allegados estarían tanto más a salvo dentro de las cuatro paredes que rodean su casa, y no deberían -como hace él- exponerse a toda esa "gente mala" que circula por la actualidad.
Entonces voy y le pregunto cómo le fue en su día. Yo acabo de llegar de la capital, para su molestia. Yo no estaba, evidentemente, 'sacrificando mi integridad física a cambio del bien de mi familia'. No. Yo estaba sacrificando mi integridad física (un poco, el colectivo podría, in fact, tener un accidente) a cambio de mi integridad emocional. Murmura un 'ien' y no se toma medio segundo -ni un cuarto de segundo- para mirarme. Ya estoy acostumbrada, no me afecta del todo pero hace poco empecé a prestarle atención a esas cosas. Quise decir que no me afecta At all, perdón. Como sea.
Empiezo a preparar la cena: carne, papas y una salsa de cebolla para acompañar. A él no le gusta la salsa, y no tiene mejor idea que decirme que si le agrego queso de rallar y cebolla a las papas, me queda papa de barénique.
No sé si le gusta la papa de barénique. Pero la cocinaba su próximamente difunta madre.
Hago la fucking papa de barénique (aunque creo que yo prefería la salsa, pero me divierte jugar con la gente y ver qué pasa).
La prueba.
'Está espectacular.- dice. Casi creíble.- ¿Cómo te fue en Buenos Aires? ¿La pasaste lindo?' -pregunta, sonríe. Ni "casi" creíble.
Cuento un par de cosas que parezcan bonitas. Sonríe. Ingenuo. 'Qué bueno que tengas amigos tan sanos.'



What if I am... the bad guy?

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